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6 de junio de 2009

Totovía (Lullula arborea) y otros

Las zonas de transición entre las regiones atlántica y mediterránea, que en nuestro territorio se sitúan entre las provinvias de Bizkaia, Araba y Burgos, resultan ser de las más diversas en cuanto a fauna y flora en general, y en cuanto a especies de aves en particular, siendo la primavera tardía un buen momento para visitarlas.
Algunas de estas especies son bastantes caracterísiticas de esta zona, tal y como nos mostró Javi en una reciente entrada sobre el valle burgalés de Losa.
En la foto de arriba aparece una de ellas, concretamente la Totovía (Lullula arborea), que estando parácticamente ausente en la zona costera, es bastante frecuente allí donde hayedos, rebollares y encinares se fusionan, teniendo predilección por áreas abiertas, y con cierta altitud, dentro de estas zonas arboladas .
La Totovía (Lullula arborea) gusta de posarse en lugares prominentes, desde ramas de árboles, arbustos e incluso cables eléctricos, como el de la foto. Desde estos lugares, y también en vuelo, emiten su caracterísitico y melancólico reclamo, sin duda, la mejor forma de saber si una zona visitada está poblada por estas aves ó no.
El Mosquitero Papialbo (Phylloscopus bonelli) es otro habitante típico de este tipo de hábitat transicional, y al igual que su pariente aláudido, desaparece casi por completo de los montes y bosques atlánticos puros, donde es sustituido preferentemente por el Mosquitero Ibérico (Phylloscopus ibericus).
Una vez más, un canto típico, en este caso una repetición monótona de la misma nota (si-si-si-si-si) es el mejor método para su localización.
El Triguero (Emberiza calandra) prefiere, a diferencia de los dos anteriores, zonas más abiertas con cultivos, donde puede llegar a ser abundante.
Esta especie parece mostrar cierta expansión hacia el norte, ya que este año especialmente, lo estoy localizando en numerosos puntos "apropiados" de la campiña costera vizcaína, cuando hasta ahora era una especie muy rara ó ausente en este hábitat.
El Cuco Común (Cuculus canorus) también es un ave frecuente en zonas arboladas de esta zona; en estos momentos se encuentran en pleno celo, y es cuando mejor se les puede localizar. A este macho lo "cacé" en plena y escandalosa persecución de una hembra de la forma rojiza, a la que no pude afotar.
El Zarcero Común (Hippolais polyglotta) es un los más notorios visitantes estivales. Su presencia entre nosotros es breve, ya que es de las aves que más tarde llegan en primavera y más madrugadoras a la hora de abandonarnos a finales de verano. Sin embargo, su presencia se hace notar de lo lindo, ya que su canto es uno de los más ricos y variados de nuestras aves.
Mientras unos cantan, otros ya andan de un lado para otro con los cebos para su recién tenida prole. Tal es el caso de esta hembra de Collalba Gris (Oenanthe oenanthe) que porta un jugoso abejorro en el pico.
Los Carboneros Comunes (Parus major) también andan en plenas tareas parentales. Este macho hacía guardia en este espino, donde se refugiaba una nutrida prole de pollos volantones.
Este no era el día de las rapaces, con el cielo nublado y la lluvia inermitente. Este Alimoche (Neophron percnopterus) adulto fue de los pocos que se dejó ver.
Emulando un poco a Ernesto en su última entrada, los Corzos (Capreolus capreolus) también se hacían notar demostrando que la primavera no sólo altera la sangre de las aves, sin de todo pichichi. Sus continuos ladridos inundaban, ayer por la mañana, todo el monte.
Sí, sí, por mucho que os frotéis lo ojos, véis lo que véis, un precioso macho de Tarabilla Común (Saxicola torquata), en actitud y postura típicas. Es que no me he podido resistir a terminar esta entrada con uno de los iconos clásicos de este blog.

Hasta la próxima!

2 comentarios:

Javier Cañadas dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Javier Cañadas dijo...

Bienvenido al club de la Tarabilla.