Buscarla Pintoja (Locustella naevia)

En nuestro país, la Buscarla Pintoja (Locustella naevia) es una especie prácticamente confinada a la campiña costera de la Cornisa Cantábrica, y según las estimas poblacionales, es en el Cantábrico Oriental precisamente, donde mantiene su principal contingente reproductor, que con unas 1.500 parejas nidificantes, sólo en Bizkaia y Gipuzkoa, supone cerca de la mitad del total peninsular.
Por tanto, es una de las especies más genuinas de nuestro ámbito, por lo que resulta también una de las más buscadas para aquellos ornitólogos llegados de otras zona a la caza de "especialidades" locales ó regionales.

Su plumaje críptico y sus hábitos extremadamente tímidos y reservados, que la llevan a pasarse la mayor del tiempo oculta en lo más intrincado de la maraña arbustiva, hacen que su observación sea harto complicada.

Sin embargo, es en esta época del año, en la primavera temprana, entre finales de marzo y abril, cuando sus necesidades reproductivas la empujan a encaramarse en lo alto de un arbusto, preferentemente una zarza ó un tojo, para comenzar a emitir su característico y monótono canto, un sonido de alta frecuencia tipo insecto, que todo aquel que lo haya escuchado una vez no lo olvida nunca.

Es en este casi único momento entonces, cuando abandona sus escondites y se deja ver sin mayores problemas, para satisfacción del ornitólogo observador.

Tiene el típico aspecto de sílvido, de tonos marrones generales, con partes superiores densamente listadas, hasta el obispillo (como se aprecia en la 2ª fotografía), cola abanicada, patas claras de color rosado, y zona anal e infracobertoras caudales también con marcas oscuras (ver 3ª fotografía), algo por cierto, bastante caracterísitico del género Locustella.

Suerte a todo aquel que intente encontrar a uno de estos extraños y esquivos pájaros. Que lo haga ahora o si no que espere hasta el año que viene.